Guardabarros caseros.

Ahora que llega el otoño/invierno, las lluvias, y con ésta, los charcos y el barro que protagonizan nuestras salidas. Y aunque somos como niños y nos encanta embarrarnos, para qué negarlo, es cierto que como con todo: lo justo gusta y lo mucho cansa. Sí es verdad que en ciertos sectores del mundo del MTB este elemento no está visto con buenos ojos (al contrario de lo que pasaría en modalidades como el Trekking o todo lo que tenga que ver con la bicicleta de ciudad) por cuestiones estéticas principalmente, pero su  funcionalidad está totalmente fuera de toda duda. Y si además, podemos fabricarnos por pocos € y probar si nos convence, pues mejor.

El mundo de los guardabarros aunque parezca mentira, es inmenso. Tanto como para dedicarle otra entrada algún día. Pero pasando de aquellos largos guardabarros metálicos de las bicis de paseo, con su característico tintineo producido con los baches, hace varios años a alguna empresa con mentes privilegiadas contratadas se les ocurrió la idea de fabricar unos pequeñitos, con la justa medida de ahorrar un salpique excesivo. Es evidente que no vamos a llegar a casa impolutos con ellos, pero sí que realiza una función aún más importante, y es la de salvaguardar la mecánica.

Porque estos guardabarros además de evitar que salpique algo de barro hacia la cara, y el culotte, lo que evita en mayor medida es que las barras de la horquilla se colapsen de barro, y en las bicicletas dobles, que ocurra lo mismo con el amortiguador trasero. Ambos componentes de la bici muy delicados y caros. Pero estos accesorios tienen un precio alto, o al menos así lo han considerado otras mentes privilegiadas del mundo del internet, que han sacado las plantillas y compartido para todo aquellos que quieran probarlo por pocos dinero. Tened claro que la forma final de los guardabarros dependerá de la maña que tenga cada cual con el corte, y que no va a quedar como las originales, puesto que seguramente usen un troquel de la plantilla. Está claro que las originales son de mayor calidad y durarán más con un trote excesivo. Por lo que si te convencen, lo mejor es que te hagas con ellas. Pero para aquellos que no se sienten atraídos, que buscan un primer contacto, o usarlo pocas veces al año, este bricobike puede ser de mucha utilidad.

Bueno, pues para este tutorial, necesitamos comprar una carpeta de plástico. Las hay de diferentes grosores, y yo recomiendo que sea lo más rígida posible. No tanto como para no poder manipularla, pero evitad el grosor de las típicas de dossier para informes. Pensad más bien en el plástico trasero que se usa para encuadernar. Pues algo así, pero aseguraros que es plástico 100%. Yo compré un carpebloc de dos anillas que me costó 2€ y poco. A mí me marca con el calibre que es de 1mm.

De éste se puede sacar 2 juegos para dos bicicletas. Así que por 1€ y chasca las puedes tener montadas. Yo he necesitado además, un par de tijeras, más robustas para el plástico, y más normales para las plantillas de papel. Unos cutters para ayudarme a hacer los boquetes. Unas limas o lija para ajustar imperfeccciones, Y unos permanentes para marcar la plantilla al plástico. ¡Ah! y las plantillas. Las podéis descargar de aquí. En este Rar van las dos que hemos hecho aquí, y además una plantilla más que sería para un guardabarros de sillín. Quizás más adelante nos aventuremos a probarlo. Además, que no aparece en la imagen, nos puede ser útil un poco de fiso/celo o pegamento en barra (en diminutas cantidades). Bien, pues con todo preparado, empezamos:

1.- Cortamos la carpeta en dos, para facilitarnos la tarea. Guardaremos la trasera para otro momento. Bien para hacer otro juego, o quizás para probar el del sillín. Ya veremos.

2.- Lo primero que haremos es imprimir las plantillas, no hay que cambiarle ni ajustar nada, están justo al tamaño del folio. Una vez impresas, las cortamos con paciencia. Truco para cortar desde ahora hasta que acabemos: Además de hacerlo con paciencia, que no nos van a pagar por acabar antes, cortar por fuera del diseño, dejando la línea negra vista. Esto repetido en todas las fases, nos va a servir para poder en un futuro retocar fallos cometidos, porque crearemos unos mm de margen para retocar sin quedarnos sin guardabarros.

3.- Una vez que tenemos ambas plantillas recortadas y estamos contentos con ellas, las ponemos sobre el plástico. Para ello podemos pegarla con fiso, o con un poquito de pegamento en barra que después tendremos que limpiar. Si eres nivel máster/mepuedeelansia como yo, pues a pelo, simplemente aguantando la plantilla con los dedos. De una u otra forma, aconsejo marcar con unas líneas la plantilla y el plástico, para que en caso de que se mueva un poco, saber dónde estaba colocada. Yo primero he usado un indeleble con punta fina.

4.- Una vez que tenemos ambas plantillas calcadas en el plástico. Cogemos ahora un indeleble con punta más gorda, y volvemos a dibujar encima la plantilla, creando más margen del que hablamos anteriormente, es decir, volvemos a dibujarlo intentando marcar por el exterior de lo que ya está marcado.

5.- Si lo tenemos ya, y estamos contentos. Pasamos a recortar. Primero, cortamos para separar cada uno de los guardabarros.

6.- Entonces ya podemos ir cortando poco a poco. Lo notaremos duro. Por eso es importante unas tijeras buenas. Y hay varios trucos que hay que seguir, además de la paciencia. Como se puede observar estamos cortando por fuera de lo marcado con el rotring. Para lo del margen comentado antes. Y cuando veamos que la cosa se pone complicada, porque nos sobra plástico, podemos ir cortando el sobrante exterior a modo que vayamos avanzando, y así nos facilitamos y quitamos dureza.

7.- Una vez que las tenemos, tendremos que coger la lija/lima, y aquellos picos que no nos guste, lo iremos quitando. Si eres un mañoso con el cutter puedes hacerlo también. Pero creo que la lima es más progresiva.

8.- Abajo podemos ver los dos guardabarros ya recortados, y decentemente lijados. Ya queda poco. Faltan los agujeros para los enganches. Hay varias formas de hacerlos: Con cutter. Con una máquina de hacer boquetes a folios, que las hay de buena calidad y también de un boquete. Con un taladro. Con una máquina de hacer boquete para los cinturones, que tienen troquel grande. Yo escogí la del cutter, pero pienso que cualquiera de las otras hubiera sido más fácil, y quedan más estéticos. El problema está en que yo aún dudaba qué usar para agarrarlos a la bici, y el cutter me dejaba hacerlos alargados.

9.-  Volvemos a colocar las plantillas. Ahora sí he usado un poco de fiso. Con el cutter marcamos las rayas de los boquetes. Detrás he usado las tres de la plantilla. Pero delante no he puesto el central. No creo que lo usase. Una vez que los tienes marcados, quitas la plantilla, y sigues rajando con el cutter hasta que tengas el boquete. Así con los catorce boquetes que tiene los dos. Paciencia porque vas a tardar un buen rato si lo haces como yo. Lo suyo es que pongas algo debajo para no marcar ni estropear el suelo, la mesa o donde lo estés haciendo.

10.- Listo. Ya los tenemos. Ahora lo único que faltaría sería colocarlos en la bicicleta. Hay dos posibilidades. Usar cinchas de plástico, lo cual está bien. Pero alguna gente han usado velcro de doble cara. De éste que se usa para los cables. Las dos opciones son muy buenas, y lo bueno del velcro es que es fácil de quitar para limpiarlos, y siempre los tienes (así ahorras tener que estar gastando cinchas). Yo en un principio creo que usaré las abrazaderas, y si me convece la idea de usarlos, probaré con el velcro.

La verdad es que te pueden gustar más o menos estéticamente. Pero siendo tan pequeñas, poco saltan a la vista, y si realmente son efectivas en salvaguardar la mecánica, bienvenidas sean. Además, dependiendo de lo que te guste enredar, puedes encontrar carpetas de diferentes colores, y conjuntarlos con los de tu bicicleta...

 Espero que os haya resultado interesante, y sobre todo, que os sea de utilidad. Hasta la próxima.